martes, 4 de agosto de 2009

El Fertilizante Orgánico

Aunque dejar que la naturaleza siga su curso te dará lo más “natural” que puedas lograr, a veces no está de más darle una ayudita. Aunque las plantas sean muy buenas, les pongas mucho amor, les hables y les cantes y las riegues a cada rato, van a existir algunos elementos que no van a estar presentes en el suelo o que ya se agotaron debido a la carga de plantas que tengas.

Cuando esto sucede, la gran mayoría de las personas toma acción de inmediato: corre a la primera tienda de departamentos y compra un fertilizante artificial, de los que hay tantos. Aunque estos fertilizantes químicos tienen la capacidad de hacer crecer las plantas como si las estiraran, también tienen algunos problemas, como la contaminación del agua en el subsuelo y el exceso de algunos componentes que puede hacer que el suelo se haga tóxico para algunas plantas.

¿Que mejor que lo natural? Puedes conseguir algunos fertilizantes naturales en las tiendas, tales como el humus de lombriz, el abono de borrego y muchos otros. El problema con estos es que el precio a veces está bastante inflado por ser “orgánico” y no sabes realmente si es tan natural como dicen.

Por fortuna, elaborar fertilizante orgánico no es una labor difícil, aunque puede llegar a ser un poco olorosa. Existen varias maneras de hacer un “té” que le de a las plantas lo que necesitan, especialmente utilizando estiércol de herbívoros, que es rico en nitrógeno. Si tomas una porción de estiércol y la diluyes en agua solo hay que esperar un par de semanas para que esté listo un fertilizante líquido que servirá para tus plantas.

La composta también puede crear humus, generado por las bacterias benéficas que están presentes en el suelo. En condiciones normales, la “basura” que quitas del jardín se reciclaría para regresar al suelo lo que las plantas toman. Las bacterias degradan los componentes del materia orgánica hasta dejar solo los minerales, que es lo que utilizaron las plantas, juntos con la luz del sol y el dióxido de carbono, para crear sus tejidos. Como los jardines se ven feos con hojas, las barremos y tiramos, por lo que dejamos al suelo sin sus nutrientes.

Existen muchas maneras de hacer fertilizante naturales, pero en la ciudad puede llegar a ser complicado por el espacio y los olores que a veces pueden generarse. Sin embargo, con un poco de investigación e imaginación, puedes evitar problemas con los vecinos y además tener tu huerto orgánico con mejores rendimientos que los demás. En futuras entradas verás algunas maneras de hacer tu propio fertilizante sin muchos problemas.

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